Si Marcelino Menéndez Pelayo fue el genio de las letras cántabro, Leonardo Torres Quevedo podrÃa ser nombrado perfectamente el genio de las ciencias en esta comunidad. No se habÃa llegado al año 1900 y el hombre ya estaba diseñando máquinas automáticas de calcular que casi podrÃan ser las bisabuelas del primer ordenador, teleféricos (creo en 1916 uno para las cataratas del Niágara que hoy en dÃa casi cien años después sigue en activo), dirigibles o dispositivos de radiocontrol.
Nació en Santa Cruz de Iguña y allà le han dedicado este miniparque temático, a escasos metros del parque de Luis Bustamante y Quevedo.
Lo primero una estatua del personaje sobre un pedestal, por supuesto.
A la izquierda un pasillo lleno de paneles contando la vida, obra y hazañas del ilustre inventor. Algunos de los paneles son interactivos, con preguntas y botones para que contestes en plan «¿cuál es la respuesta correcta?». Como también era de esperar, algunos ya ni funcionan.
Este cartel es precisamente el referente al «Spanish Aerocar», el transbordador que cruza las cataratas del Niágara.
Y como último elemento, tres postes con ruedas dentadas enormes en lo alto, planos de los inventos de este hombre dibujados en el frontal y uno de esos paneles interactivos para que contestes algunas preguntas. Pues mira tú qué buen sitio para estirar las piernas, aprender algo nuevo, culturizarse y jugar un poco.