A principios de marzo vinieron unos dÃas de calorcito, sol, el cuerpo revivÃa y empezábamos a pensar que la primavera asomaba su patita por debajo de la puerta. Lástima que sólo fue para ponernos los dientes largos, a continuación otro temporal de frÃo polar y toma nieve hasta en la sopa.
Ahora viene Semana Santa y como prólogo, lluvia a manta para crujir de huesos y rechinar de dientes por parte de los hosteleros cántabros, gallegos y de todos los lados. Pues bien, vale ya, nos rendimos, no queremos mas nieve ni más lluvia, queremos que aparezca la primavera de una vez, que con lo feas que están las cosas a nivel económico si por lo menos hace sol, se puede salir a pasear y generar serotonina, las cosas se ven de otro color.
Ah, fijaros qué mala idea tenÃa el jodÃo que colocó esos tres cables de la luz fastidiando la vista de un mirador desde el que se ve el pueblo de Matamorosa cubierto de nieve. Debió pensar «seguro que aquà viene el del blog ese con su cámara, le voy a enseñar yo a quejarse de los cables».