El deporte cántabro por excelencia son los bolos, no los de las pelÃculas americanas, sino al aire libre, con nueve bolos colocados en una matriz de 3×3 sobre suelo de tierra y bolas de madera de una cuarta de diámetro. Raro es el pueblo que no tiene su bolera en algún rincón, ni son pocas las veces que haciendo zapping paso por alguna cadena local y están dale que te pego con los bolos y la bolita. Es tal la afición que hace unos dÃas pasamos por Hipercor y en la parte central habÃan montado una bolera provisional.
Aquà tenéis los bolos colocaditos y la bola pasando de largo sin tumbar ninguno. Hacer notar que aquà la bola no se tira rodando, sino en parábola (igual que en la petanca).
Al fondo el lanzador, en medio los bolos, y en primer plano la distinguida audiencia.
Lo mismo, pero visto desde arriba.
Este era el cartel del evento, tres dÃas de campeonato en el centro comercial. Por cierto, menudo escorzo que hace el de la foto. Intento yo un movimiento semejante y tengo para un mes entero de reposo por el ataque de lumbago que me gano.
Por si alguien tuviera esa curiosidad, aquà dejo un cartel que fotografié sabe dios donde, en el que se especifican normas, distancias y todo eso del juego de bolos cántabro. Hacer saber también que es un deporte escasamente movido y que, cuando me he parado a verlo, me provoca un soporcillo irrefrenable. Ideal para la hora de la siesta.