Esto de hacer fotos es una cosa curiosa. He hecho tantas que a veces pasan imágenes preciosas delante de mis ojos y como ya he retratado mil cosas parecidas, ni me molesto en sacar la cámara de la funda. Un ejemplo muy claro son los atardeceres y las puestas de sol, son tan apañaditas que cuando te compras la cámara digital lo más normal es que te hinches a sacarlas hasta que te saturas y las ignoras. Un servidor no es la excepción, incluso allá por 1993 ya estaba experimentando con filtros para ver si podÃa hacer algo distinto.
En Biarritz me pilló con ganas, asà que vengan puestas de sol aprovechando un cielo anaranjado y lleno de nubes. ¿Lo véis? Con mar, nubes y sol siempre sale foto resultona.
Al otro lado del pueblo tenÃamos un cielo sonrosado con mar y farito al fondo, mucho más suave que la anterior pero también llamativa a su manera.
Pero qué postalero ha perdido el mundo de la fotografÃa debido a mi insana afición a los carteles jocosos, a las pifias ortográficas, a los zapatos colgantes y a los objetos que parecen caras. Que le vamos a hacer si la curiosidad y la barrabasada me llaman mucho más…
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