Camino del puerto de Lunada

Tras el encontronazo con la tropa de buitres descrito hace unos días, continué mi camino en dirección al puerto de Lunada. Aquí tenéis un valle, que según un cartel es un valle pasiego aunque esté en Burgos, y en esa montaña del fondo hay una carreterita en zigzag que nos lleva a lo mas alto del puerto.

Según me iba acercando es imposible no reparar en la curiosa bola gigante situada en lo alto.

Tiramos de zoom y podemos ver la bola más de cerca, así como un candelabro gigante a la izquierda y unas porterías de rugby con pinchos en el medio supongo que para que no se posen buitres en ellas, algo que le daría bastante mal rollo a los jugadores. Imagínate que te das un golpe con otro jugador, caes al suelo quejumbroso y lo primero que ves es un buitre subido a la portería viéndote con ojos golositos. Aunque sea con la pierna al hombro te levantas y vuelves a jugar por si acaso. Coño, casi mejor no decir este sistema en voz muy alta no vaya a ser que lo apliquen a los hospitales públicos y pongan un buitre por habitación con la idea de reducir drásticamente las listas de espera a base de espantar dolientes.

Anda que debe haber unas vistas desde la bola esa… conecto el piloto automático en dirección «siempre arriba» cuando de repente… adiós muy buenas, hasta aquí ha llegado. Cachis la mar, ganas me dieron de hacerme el avión, subir igual y si me paran suelto una parrafada en alemán (algún día había que darle uso) en plan «yo hotentote pasarrr por akí y no saberrr leer kartel».

Como uno es buena persona y temeroso de dios hice lo que debía, menos mal, porque luego me enteré que aquello es una estación de radar del ejército del aire y hubiera sido de película verme rodeado de los de seguridad, llamando por teléfono para preguntar qué hacen con un tontolhaba del pueblo que viene chapurreando tonterías de un cursillo de alemán.