Otro punto donde los temporales han dado con ganas es Laredo, concretamente el final de la playa del Puntal. Otro objetivo habitual de las olas, que una y otra vez montan las de San QuintÃn tanto en el arenal como en el aparcamiento o en los dos restaurantes que hay.
Del verano recordaba que la playa llegaba casi hasta la parte superior de estas rocas, ahora está más o menos dos metros por debajo de su nivel. Casi nada. Quintales de arena que sabe dios donde habrán ido a parar.
Caminando un poquito a lo largo de la playa el panorama aún es peor, aquà no recuerdo a qué altura llegarÃa la arena pero tan abajo seguro que no. Fijaros al fondo, esa es una zona de duna protegida por unas estacas con cuerdas para evitar que la gente la pise. Pero cuando de pasear se trata e ir a ver los efectos del temporal, ni estacas, ni cuerda ni ná, se pasa por cualquier lado.
Al que peor parte le ha tocado es al restaurante Barlovento, justo a pie de playa. Las imágenes hablan por si solas: escabechina total.
Paredes, puertas, ventanas…
…las puertas metálicas hundidas por la fuerza del mar…
…incluso una esquina recogida tras un muro sobre el que tuve que levantar la cámara para sacar la foto quedó asà como véis, todo lleno de restos y el aparato del aire acondicionado colgando de un tubo. Y lo que no se ve, claro, que me imagino cómo debió quedar el interior.
Esperemos que puedan reponer pronto todo el local, que venga una primavera de bastante calorcito y un verano aún mejor para que hagan mucha caja y les compense el disgusto, ya se sabe que las penas con pan (nunca mejor dicho) son menos penas.