Clases de patinaje

Menuda carrerita llevo últimamente con los suelos deslizantes. Ya conté cómo el otro día me quedé atascado en el barro y me tuvieron que sacar a base de tractor. Hoy aprovechando toda la nieve que hay por los alrededores quise acercarme hasta la zona de Soba a sacar unas fotos. El camino más simple es acercarse a La Cavada, subir el puerto de Alisas, bajar hasta Arredondo y subir al collado de Soba. En la bajada del puerto de Alisas estaba cuando de repente empezó a caer una granizada tal que en un minuto el suelo estaba casi blanco.
Granizo en la carretera I
Un momento antes de la foto acababa de pasar un tractor, quien sabe si al rescate de otro pardillo del estilo de uno que yo me sé. Seguí circulando a pesar de la granizada. Al salir de las curvas si pisaba el acelerador notaba que patinaba y culeaba un poquito pero nada que no pudiera corregir a base de contravolante. Como sé que un tramo más adelante venían curvas de 180º con precipicios de un lado, se me encendió la bombillita y quise probar la frenada sobre el granizo. Piso freno y el coche como quien oye llover. Frenar frenaba, pero las ruedas bloqueadas, el ABS pegando botes y el coche que sigue andando cuesta abajo. Con todos los kilómetros que llevo encima uno ya está curado de de espantos, frené a base de reducir a primera, pisar, pisar y pisar el pedal, freno de mano y si no, siempre se puede hacer el socorrido trompo para cambiar de sentido. Estas son las cosas que tiene haberme hinchado a conducir de noche, con lluvia, en tierra o algo en nieve al poco de sacar el carnet de conducir, que uno se acostumbra al tacto del coche en esas condiciones y llegado un momento de necesidad reacciona rapidito. Eso si, alucinante la total y absoluta falta de adherencia sobre el granizo, incluso a menos de cinco por hora bastaba un toquecillo al freno para bloquear las ruedas, de modo que mas despacito que las muñecas de Famosa cuando van al portal me fui orillando a la derecha y en un trocito donde el arcén era bastante ancho me paré, puse los cuatro intermitentes y de aquí no me muevo hasta que despeje la carretera.

Unos minutos después parecía que la lluvia había aclarado un poco el suelo. Rearranco, cien metros después pruebo el freno y más de lo mismo, holiday-on-ice, el mono patinador del circo haciendo de las suyas. Pues nada, a veces mejor parar a tiempo que tener un contratiempo, abandonemos la excursión porque si aquí ya tengo pegas, más adelante que habrá mas nieve va a ser todo un festival. Aproveché un desvío a la izquierda para cambiar el sentido de la marcha. Con el coche apuntando hacia la subida, era tocar el acelerador y ná de ná, todo patinaje. Menuda mañanita llevamos… meto el coche marcha atrás en el caminito del desvío, me paro y ya saldré cuando por lo menos pueda arrancar. Aquí, foto de un servidor en el desvío esperando a que la lluvia despejara el firme.
Granizo en la carretera II
Al rato pasaron un par de coches, parecían circular sin problemas así que arranqué no sin algún patinazo y siguiendo las roderas que fueron dejando en la carretera puede desandar lo andado sin mayor complicación. Moraleja: avisados quedáis de cómo se las gasta el granizo. Poder, puedes seguir circulando y acelerando, pero tener en cuenta que la sorpresa viene cuando queráis frenar. Ahora entiendo esos castañazos múltiples que se dan en autopistas por una granizada. Pisar el freno a ciento veinte por hora con el suelo totalmente deslizante tiene que ser una sensación para recordar el resto de tu vida.

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