El jueves 22 inauguraron por fin los nuevos jardines de Pereda, los de Santander habréis visto la noticia mil y una veces ya. Como ando algo «pasota» este verano, francamente no le hice mucho caso. Sin embargo nos coincidió pasar por el centro al dÃa siguiente asà que fui a echar una ojeada. Y a buscar carnaza, claro. El puente, por ejemplo. Aquà está, renovado, repintado y sin patos en el lago de debajo.
Antes de la reforma estaba lleno de candados. El dÃa 23 no tenÃa ni uno. Pero el dÃa 24… aquà está el primero.
Una A, un 1, un dibujito como de Piscis pero sin nombres.
Y unos metros mas adelante el segundo. Dos dÃas, dos candados. A un candado por dÃa dentro de un año aquello va a ser una plaga.
Como buitres debÃan estar esperando, candadito en mano, a la inauguración. En cuanto vieron el puente limpito y vacÃo… ¡a la carga, a ver quien es el primero que deja su huella!