Repasando fotos antiguas me he dado cuenta que hace tiempo que no paso por Castilla, que no veo esos enormes campos de trigo con aspecto de aquà no cae una gota ni por aproximación…
Tampoco paso por aquellos pueblos que tanto me gustaba recorrer, en medio de secarrales y con sus castillos en lo alto.
Ni camino por las calles desiertas a la hora de la siesta, ni me pierdo entre ruinas olvidadas.
Ganas hay, pero me temo que se tendrá que esperar al otoño porque meterte en el centro de España en verano con temperaturas de treinta y muchos grados muy apetecible no es. Asà que calendario planificador, septiembre, apuntar hacer una visita por Castilla que ya van siendo horas.