Eso es lo que me causan estas señales con sobredosis de limitaciones que veo de cuando en cuando por Santander adelante. Qué duda, qué zozobra, qué rabia encontrar un sitio libre e irte intranquilo con la mosca detrás de la oreja porque no sabes si estás bien aparcado, si está prohibido, si es carga y descarga, si es de la O.L.A., si en sábado puedes aparcar porque no es festivo y, sobre todo, si va a aparecer la grúa para hacer el mes a cuenta tuya. Porque otra cosa no sé, pero en Santander parece que gruas y policÃa municipal funciona muy «a su manera». Y si no que se lo digan a unos cuántos moteros o la increÃble historia que le sucedió a esta señora…