Una de las cosas que llama la atención de Oviedo es que está llena de estatuas. Llena no, plagada, aparecen por todos lados y son de lo más variado, todo gracias a una iniciativa del Ayuntamiento hace unos años con la intención de crear algo asà como un museo al aire libre. Desde Woody Allen a unos caballos para que se suban los niños o incluso bailarinas ausentes. Si tuviera que decir cuál es más famosa dudarÃa entre la de Woody Allen o el culo gigante de Eduardo Urculo.
Gigante no, monumental que es su verdadero nombre: «Culis Monumentalibus«, sacado de un artÃculo que Camino José Cela dedicó a su autor. Plantada en la calle Pelayo desde 2001, a escasos diez metros de donde estaba la bailarina y del teatro Campoamor, como no podÃa ser de otra forma tuvo sus detractores y sus defensores. Menos mal que con ella no pasó lo mismo que con «La madre del emigrante» gijonesa, a la que le llegaron a poner una bomba.