Esta es la playa de Rin, en Noja. El dÃa que pasamos por allà era el primer dÃa de sol tras unas jornadas de temporal marÃtimo-terrestre-aéreo y la posibilidad de ver el sol a la par que disfrutar del aire libre y de unas buenas vistas se agradeció cantidad. A eso de las dos de la tarde se acabó lo que se daba y volvió la lluvia en formato diluvio universal, pero el gustazo de ese ratito de fotosÃntesis no hubo quien nos lo quitara.
Nunca habÃa visitado esta playa, que viene siendo una playa como todas las demás, con su mar, su arena y sus pequeñas dunas al lado de la carretera. Y de ahà precisamente parte el problema. Si a esa duna la sometes a un proceso de mareas vivas, lluvia abudante, viento desenfrenado y sabe dios cuántos fenómenos meteorológicos más, la duna se desplaza aunque no por propia voluntad y acaba invadiendo la carretera como se puede ver en esta foto…
…y en esta otra. De no ser por el paso de los coches, probablemente estarÃa toda la calzada cubierta de arena.
Pero más espectacular resultaba unos metros más allá. Fijaros la altura de la arena, me da la impresión como si la hubieran apilado con alguna máquina para despejar la carretera, lástima no haber venido justo en medio del mal tiempo porque seguro que las fotos hubieran sido aún más llamativas con la arena intentando comerse el muro de la derecha (no lo vi pero me lo imagino).
Son las cosas de un invierno de temporales que llevan a cosas como tener que proteger los aseos que hay en la playa de TrengandÃn, allà al lado. Mira que están lejos de la orilla del mar pero con las mareas vivas tremendamente altas que se han visto, cualquier precaución es poca.
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