Continuamos con la serie de entradas dedicadas a los efectos del temporal de estos dÃas. Ayer tocaba ir a ver cómo habÃa quedado el Sardinero y alrededores. Empecé el recorrido cerca del BNS, este local que se ve aquÃ. Dos empleados estaban limpiando el bajo, el oleaje rompió los cristales y lo dejó hecho una porquerÃa. Menos mal que anduvieron listos y habÃan retirado todo el mobiliario.
Lo más evidente en cuanto a la playa es que falta arena por todos lados, como se puede ver por la altura a la que se ha quedado la rampa. Casi van a tener que poner un teleférico para poder ir a pasear junto al mar.
Y tan grave es lo que se ve como lo que no, aquà tenéis los cimientos del BNS que por lo visto están afectados. Esperemos que no se caiga porque allà se come bastante bien en cuanto a tapas, ensaladas y pinchitos. Por no decir nada de la terraza que ponen arriba de todo en verano, para un servidor es una verdadera perdición.
El Parque de Trueba «apañó» de lo lindo el temporal pasado y esta vez le ha tocado otra vez la china. Al «Cormorán» tres cuartos de lo mismo, lo inundó y llenó de arena el temporal de principios de febrero, se gastaron una pasta en contratar un camión-aspiradora gigante para retirar medio metro de arena de los bajos y ahora no sólo está la arena otra vez, sino que además reventaron los ventanales recién puestos, se ha caido el techo de las cocinas, el agua entró hasta en la primera planta y la cimentación está al descubierto. Impresionante.
Al ladito, al irse la arena ha reaparecido una estructura bastante curiosa: dos discos de hormigón con una columna en el medio. Ni sé qué es, ni para qué sirve ni qué hacÃa ahÃ, pero foto por si acaso.
Donde el Maremondo también ha hecho las suyas, aunque menos. Ha reventado las verjas que tapaban la parte de los cimientos pero el bicho ese «tan bonito», sigue intacto. Lástima…
Del mobiliario playero mejor ni hablar, fijaros cómo se queda una ducha de acero.
Por la parte cercana a PiquÃo pasa con las escaleras algo similar a la rampa de la segunda foto. Antes la arena cubrÃa la parte inferior, ahora hay que pegar un salto para llegar a la playa.
Y cosa curiosa, han reaparecido elementos olvidados bajo la arena como puedan ser los cimientos del antiguo Balneario de Castañeda, construido en 1872 y derribado a finales de los sesenta tras varios temporales que lo dejaron en ruinas.
Aún hay más, otra vez vallas rotas, el suelo del paseo marÃtimo levantado en varios puntos, etc. A ver si pasa de una vez la racha de temporales y podemos empezar a pensar en la primavera, el calorcito, los martinis al sol con rabas de acompañamiento y volver a pegarnos la vidorra padre que al final es lo que cuenta.
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