Lo mismo que en Luarca no es de recibo pasar sin visitar su cementerio, en Comillas pasa lo mismo porque tiene mucho que ver. Este es fácil de encontrar porque luce en todo lo alto y más que lucirÃa si no le hubieran puesto el dichoso poste de la luz con los cables colgando ahà delante pero qué le vamos a hacer, es mi triste sino fotográfico.
Evidentemente os habréis fijado en esa estatua que hay arriba de todo. Ese era precisamente mi primer objetivo, ignorante como iba de otras cosas que encontrarÃa dentro. Se trata del Angel Exterminador, hecho en mármol por un tal Josep Llimona hace más de cien añitos, concretamente allá por el 1895. Menos mal, si llega a ser hoy en dÃa sabe dios qué adefesio ponen ahà arriba, probablemente en hierro oxidado para hacerme sufrir.
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