Bien, hoy volvemos a Laredo para retomar un tema que habÃa dejado pendiente desde otra entrada. En los años buenos de la economÃa, aquellos en que pensábamos que España era un paÃs rico de la Champions League y tanto podÃamos atar perros con longanizas como hacer aeropuertos sin aviones o AVE’s sin pasajeros, decidieron hacer un puerto deportivo en Laredo que costó noventa millones de euros. Inaugurar, se inauguró (porque un polÃtico no se puede resistir a estas cosas), con pasacalles y fuegos artificiales incluidos, pero por follones administrativos-económicos sigue el tema parado y sin un mal barco allà amarrado.
Pero ni uno, oiga, instalaciones perfectas, todo tan impecable como vacÃo. Y jodida está la cosa, que con el tsunami que se ha llevado la construcción por delante dejando a tantos y tantos sin pasta para el Cayenne ni para el yate, no son pocos los barcos a la venta o los que se retiran del agua porque no pueden pagar el alquiler del amarre ni el mantenimiento.
Lo bueno es que también han montado un nuevo espigón que nos viene de miedo para hacer kilómetros al aire libre. Saqué dos versiones de la misma foto, la horizontal…
…y la diagonal, que no tengo muy claro cual me gusta más. Supongo que a la gente le gusta menos la diagonal, porque hay más inclinación y les costará más subir.
Noticia de última hora: según parece, hay hay UN barco, junto con el de la empresa constructora. Enhorabuena al afortunado, al que podÃan darle una medalla por lo menos para conmemorar el feliz acontecimiento. La noticia, en el Diario Montañés.