Volvemos a Lanzarote para mostraros una recua de fotografÃas con enjundia sacadas en el interior o en los alrededores del famoso JardÃn de Cactus diseñado (como no…) por César Manrique. Mala cosa hice en llevar allà a la parienta. De siempre le encantan los cactus asà que se pasó más de dos horas, dos, paseando entre plantitas espinosas. Un enorme ejemplar preside la entrada al JardÃn.
Precioso ejemplar que es de pega como se puede comprobar en las distancias cortas. Los cactus de chapa con clavos muy naturales no me parecen.
¿Y qué hay en un jardÃn de cactus? Pues eso. Cactus. Muchos cactus. Millones de cactus de todas las especies. Y turistas pagando por verlos.
Grandes, pequeños, altos, bajos, largos, redondos, ibéricos, extranjeros, más de los que me imaginaba que existieran.
Qué curiosos son estos de ahà abajo. EstarÃan ideales como puffs para sentarse y descansar un rato, pero a ver quien es el guapo que planta sus posaderas ahÃ.
En vez de enseñar rincón por rincón os pongo una panorámica y acabamos antes, doble clic en la foto y la podréis ver en tamaño XXL.
Como un servidor ya lo habÃa visto hace años y no es el cactus precisamente mi planta favorita opté por entretenerme buscando otras cosas que retratar, empezando por flores bastante más fotogénicas como los nenúfares.
Lo malo de los nenúfares es que son bonitos pero tienen poca chicha en el blog, se necesita algo más entretenido. Y en esto va y aparece el «Cactus pirulero» que no sé a qué me recuerda vagamente…
¿Y éste? Pelopincho I de Lanzarote, pareidolia en estado puro, asà a las bravas y sin disimular.
Los carteles para indicar el género de los baños son para darles de comer aparte. Menos mal que al hombre no le plantaron un cactus en la entrepierna.
Como no, tardaba en aparecer alguno de esos diseños de César Manrique, todos tan parecidos y tan estrambóticos. Este no vi se movÃa pero tampoco descarto que dé vueltas con el viento como alguno que vimos en una rotonda.
Un… algo, colgando en el interior de la tienda de recuerdos. Con esa forma no me extrañarÃa que fuera la representación de la luna con los rayos cósmicos atravesando el espacio por todos lados. Es que vamos, se ve clarÃsimamente.
También hay un molino de viento visitable en lo más alto, el punto desde el que saqué la panorámica de antes. Delante del muro está lleno de chumberas, preguntamos si se podrÃan comprar higos chumbos en algún lado y nos dijeron que probablemente no, porque las chumberas se suelen usar para criar cochinillas de la que se saca el carmÃn (un colorante rojo). De piedra me quedé…
Y poco más. Fuimos a Lanzarote en plan turistas domingueros y asà tachamos una visita más de la lista de visitas domingueras obligatorias. Pero insisto que me lo pasé muy bien. Será que en el fondo soy un dominguero, qué le vamos a hacer.
2 comentarios Escribir un comentario