Tras la primera y segunda parte de la visita al Museo del Ferrocarril santanderino, hoy toca el tercer y último episodio con una muestra de otros elementos sueltos que andaban por allà y también tienen su historia. Empezamos por un cambio de agujas enorme que tienen arrumbado en una esquina, pedazo trasto de cuando estas cosas eran todas en plan manual.
Una vagón a la espera de ser restaurado, mientras tanto un montón de estanterÃas que deberÃan lucir en su interior están ahora expuestas fuera. Ahà se pueden ver fotos, clavos, tornillos, piezas variadas para el montaje de vÃas, herramientas y un montón de cosas más.
¡Si hasta hay un coche antiguo con todo el lateral de madera perfectamente restaurado! Nuevecito e impecable, este me lo tenÃan que prestar para dar unas vueltas por el Paseo de Pereda y que los santanderinos alucinaran un poco.
Una carretilla de las de transportar bultos en la estación y otra minimáquina de vapor detrás. Por su tamaño reducido bien podÃa ser la abuela del Magdaleno que circula por la penÃnsula de la Magdalena.
Salimos fuera y sobre los raÃles decansan unas vagonetas mineras, que no todo van a ser trenes de pasajeros.
Pasamos a otras dependencias al lado de las anteriores y aparece ¡una apisonadora! No será material ferroviario, pero también destaca lo suyo y fue fabricada en Santander.
Bueno… en Santander no, en El Astillero, que esta placa confunde porque viene de la época en que Cantabria era la provincia de Santander.
En otra esquina nos encontramos una báscula. ¿A qué no sabéis qué pesaban con ella? ¿MercancÃas? ¿Baúles? No, ¡locomotoras y vagones! Al principio me costaba creerlo porque estamos hablando de muchas toneladas, pero si en tantas carreteras hay básculas pensadas para pesar camiones bien cargaditos no sé porqué no van a poder pesar material ferroviario también.
Cruzamos de una parte del museo a otra. Entre ambas un pasillo lleno de material, con aparatos electrónicos, faroles y montones de fotografÃas antiguas.
Dos «trastos» para acabar. Uno de ellos pensé que era la tÃpica máquina de escribir Olivetti pero fijándome bien tiene un carro bastante raro y a la izquierda una bobina de la que parece salir una cinta, a lo mejor esto es una máquina de telex o sirve para escribir cinta perforada… vaya reliquia.
Y un panel que sabe dios para qué sirve, con el esquema de las vÃas grabado en la superficie parece ser el ancestro de la automatización actual. Lo dicho, a cualquiera que le gusten los ferrocarriles o la historia del tren aquà va a disfrutar sobremanera y como total es gratis, ya que lo tenemos en Santander aprovechad, animaros y hacedle una visita.