Ya que hablábamos el otro dÃa del Pasaje de la Peña a cuenta del azulejo aparecido en una de sus entradas, no creáis que es el único elemento decorativo que adorna este túnel. Para nada, su interior más bien parece una galerÃa de arte o una sala de exposiciones a cuenta del montón de pequeños murales que llenan sus paredes, algo que ya se aprecia desde uno de los lados.
Esta es una vista desde la otra esquina del túnel. Sin coches ni gente, que permite ver mejor las paredes aunque resulte en una imagen algo sosa y vacÃa. Un cuadrito por cada lado cada cuatro o cinco metros. No serán obras de arte, pero por lo menos hacen bonito y le dan colorido.
Aquà se ve cómo está distribuido el tema, carretera, valla, trocito peatonal, pared y murales.
En cuanto a la temática, hay de todo. Faros, paisajes, referencias a otros paÃses europeos, el último es el Palacete del Embarcadero santanderino, todos en buen estado de conservación salvo por los ceporros con rotulador, que como no saben estarse quietos también han hecho de las suyas por aquÃ.
Anda, mira, uno dedicado a Portugal. Se les olvidó poner los pórticos y las cabinas dedicadas al cobro de los peajes…
Y en el exterior aún hay más cosas que ver, pero eso lo dejamos para otro dÃa, que no me cabe un elefante en esta entrada. ¿Comorrrl? ¿Un elefante? Si señor, un elefante, sigan ustedes con la curiosidad hasta dentro de unos dÃas.
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