El Pipican cojo

En algunos pueblos han implementado soluciones varias para evitar el problema de las cacas de perros en las aceras y parques, pérdida de tiempo porque la única solución es la ejecución en plaza pública mediante hoguera o empalamiento de aquel guarro que ose dejar sin recoger las mierdas de su perro. Mira que he visto cerdos que sueltan al perro en el césped del parque y hala, alíviate a gusto animalico que ya lo disfrutará aquel que quiera pasear por la hierba.

El problema de estos inventos, como pueda ser el Pipican dispensador de bolsas con papelera adjunta fotografiado, es que suele cojear el concepto mantenimiento y cuando hay papelera no hay bolsas, o cuando hay bolsas nos encontramos que ha desaparecido la papelera. No importa, nunca faltará un cortito de entendimiento que en su medio cerebrillo se dirá «si antes ahí había una papelera, dejo la bolsa con las cacas del perro en el suelo por si vuelven a ponerla». Lo de andar diez metros y tirarlo en otra papelera no entra dentro de los escenarios posibles, para qué cansarse gratis…
Pipicán

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