Con esto de andar saltando acá y allá, de un lado de Cantabria a otro, hablar de Castro Urdiales hoy para pasar a Potes mañana, las entradas que divido en varias partes se me van quedando atrás hasta que un dÃa vuelven a pasar por delante de mis ojos y ¡ay dios! Si se me quedó la última parte en el limbo de los justos… eso mismo acabo de ver que ha sucedido con al visita al santuario de Valvanuz. Tras la primera y segunda parte quedaba una tercera de la que daremos cuenta ahora mismito. Esta tercera parte se centrará en las cruces y su aprovechamiento variado. Por ejemplo, a una cruz grandota le plantamos un grifo en el perfecto medio entre los dos postes que la conforman y ya tenemos una fuente de primera categorÃa, lo que no sé es si dará agua corriente o agua bendita directamente.
A lo largo de la carretera que va hacia el santuario hay un montón de pequeños apartados con una cruz, que constituyen el tÃpico via crucis que recorre el personal creyente. Yo, como soy un descreÃdo, lo recorro pero para sacar fotos y dejar constancia del asunto. Si por el camino me puede caer alguna gracia divina con forma de primitiva de seis aciertos, tampoco le voy a hacer asquitos. Prometo ser generoso y repartir lo que me sobre pero aviso que soy muy apañadito y me suelen sobrar pocas cosas.
El siguiente paso del VÃa Crucis es mas grandecito, mas trabajado y según indica la inscripción en la parte superior, fue a cargo de don Saturnino Sainz allá por el año 1884.
Por aquà debe morar otro descreÃdo, porque aprovechando el rebaje del muro para poner la cruz y que el Pisuerga pasa por Valladolid, allà mismo metemos el cubo de la basura aunque estropee un poco las vistas y lo espiritual del asunto.
Sin embargo, la cruz más importante de todas es esta. No porque sea la última, no porque esté en la parte trasera del propio santuario, si no porque es la que tiene la placa en la que figuran todos los nombres de los polÃticos asistentes a la inauguración para sacarse la foto y lucir bien guapos en los periódicos porque, al final, eso es lo que cuenta. ¿El resto? Ná, cosillas, tradiciones, supersticiones y demás que no dan votos.