Pero qué raro nos ha salido este año. Un invierno horrible, de aburrirse viendo llover. Una primavera y un verano de mierda lloviendo hasta mediados de julio. Ahora en cambio no acaba de llegar el otoño. Otros años ponÃamos la calefacción sobre el diez de octubre. Estamos a mediados de noviembre y de momento los radiadores siguen ociosos. Es más, ayer andaba por fuera de casa a las cinco de la tarde en camiseta. El sábado nos acercamos a ver un hayedo y están los arbolitos aún verdes resplandecientes, para ver tonos amarillos, rojos y marrones tengo que irme al archivo fotográfico del año pasado.
La nieve por supuesto ni la hemos visto aún, ni se la espera en breve. Dicen que para esta semana empeora la cosa y bajarán las temperaturas. Pues no sé yo, como espere un poquito más acabará entrando directamente el invierno sin siquiera haberse asomado el otoño. Una pena porque hay que ver lo bonitos que están los paisajes antes de que llegue el mal tiempo de verdad.
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