Eres perfecto para otros

Hace tiempo había comentado que soy donante de órganos desde años ha, en el convencimiento de que en el otro mundo va a haber poca diferencia entre ir con o sin tripas. Es más, si nos convierten en angelitos (cosa que dudo vista la vida que llevo por aquí abajo) cuánto menos peso lleves más maniobrabilidad tendrás así que los donantes vamos a ir con ventaja.

El otro día de pura chiripa descubrí una web de la organización nacional de transplantes donde aquellos que quieran pueden apuntarse a donar órganos, aunque siempre con consentimiento previo de la familia. Menos mal que a la web le llamaron «Eres perfecto para otros». Si llega a ser «Eres perfecto para otras», mi santa me encierra en las mazmorras hasta que las ranas críen pelo. Y también menos mal que no dejan votar a la suegra, porque esa sería más de vender mis órganos al mejor postor mientras aún estoy vivo.

El proceso es bien simple, cubres un formulario en su web, unos diez días después recibes en casa la tarjeta que te acredita como donante… y ya está.

En estos temas siempre pensé como el chiste aquel, yo dono todos mis órganos incluso los huevos al Flan Dhul. Claro que Flan Dhul pertenece a Ruiz Mateos y después de sus historias con los famosos pagarés de Nueva Rumasa casi mejor los cataplines me los llevo para el otro mundo no vaya a ser que los ponga como garantía de pago de alguna hipoteca y acaben subastados por un banco.

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