Para los que me siguen hace años no es una novedad que mis fijaciones en la época gallega eran los insólitos lugares donde la gente tiraba la basura, los carteles con sus mútiples curiosidades y como no, las pancartas preferiblemente de boda.
Llegados aquà he podido comprobar que las pancartas son más light y menos bestias, aquà va una foto de la última retratada.
Pero para compensar, qué os voy a contar de los buzones de correos. Mejor que lo veáis vosotros porque sobran las palabras…