Escancie sidra como un profesional

Una vez descubierto que en Cantabria también hay sidra, de cuando en cuando aprovecho mi paso por el supermercado para traerme alguna botella y disfrutarla, que fresquita en verano entra que da gusto. El problema de la sidra es que al no tener gas hay que servirla desde lo alto para que haga burbujas, también conocido como escanciarla, algo consistente en verter la mitad por fuera y que parezca que es lo normal. Grandísima injusticia es que alguien como yo, capaz de verter un café sin siquiera tocarle a la taza, pueda conseguir que el 95% de la botella acabe en el suelo y el libro Guinness aún no me haya convalidado el récord.

Para estas cosas se inventaron los escanciadores automáticos, de diseños más o menos agraciados o absolutamente horrorosos o, si tendemos a lo simple, los tapones escanciadores. Le pones este tapón a la botella, se facilita la tarea de hacer caer el chorro de líquido de forma absolutamente vertical y eso permite atinar en el interior del vaso.

Lo bueno de irme fijando en todo lo que veo es que acaba uno por aprender curiosidades que corroboran aquello que dicen los de Zaragoza, que mas vale maña que fuerza. En un bar (creo recordar que de San Vicente de la Barquera) pedimos sidra y nos pusieron un corcho con dos recortes que ejercía la misma labor que los tapones escanciadores. Hoy Bricomaníavamosacantabria.com os enseña cómo hacer un tapón escanciador por cero euros.

Fíjense ustedes todos, partimos de un corcho común como el que trae el 100% de las bebidas embotelladas en botella de cristal con corcho.

Se hace un primer corte para retirar un trocito triangular longitudinal, es decir, a lo largo de todo el tapón. Para ello se utilizó una navaja suiza de primera calidad que permite asegurar la linearidad en el corte. Bueno, suiza, lo que es suiza no es, la mía es marca Victorinox made in Spain (la roja de siempre) pero se ve que el señor Victorino debió emigrar a Suiza de joven. La navajita es de lo mas chulo, corta de maravilla y después de un montón de años sigue como nueva porque siempre la llevo en mis excursiones pero en el 99% de los casos me la olvido en el coche. Y claro, así no hay navaja que se ensucie. Ah, niños, no intentéis hacer esto en vuestra casa y menos con el cuchillo de matar gorrinos, que luego pasa lo que pasa.

Un segundo corte más grande retira otro trozo como se ve en la imagen… y ya está. Por este segundo corte es por donde escanciaremos la sidra y la función principal del canal triangular es permitir la entrada de aire para evitar la formación de disturbios de orden público entre la sidra que opta por salir y el aire que pugna por entrar, dado que el aire parece desconocer la norma tan básica en las botellas de sidra y los ascensores: antes de entrar, deje salir. Señores psicópatas, no intenten esto en su casa y menos con un hacha, que luego se emocionan y pasa lo que pasa.

Volvéis a poner el corcho sobre la botella dejando al descubierto sólo un pequeño hueco del segundo corte por el que saldrá el líquido.

Ampliando la imagen se ve perfectamente la posición del corcho y las pocas ganas que tenía de sacar fotos ese día como atestigua claramente la escasa calidad de la imagen. Pero volviendo a lo que nos incumbe, ya podéis empezar a tirar sidra como campeones que cae perfectamente vertical sobre el vaso. Antes de que me salga algún elemento reinvindicativo, sí, esta botella no es de sidra cántabra sino asturiana que es lo que tenía por casa tras el paso por Arenas de Cabrales. Al César lo que es del César, y el 21% de regalo para Hacienda.

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