VerÃdico. Pero no por Cataluña, si no por la parte de atrás del Cabo Ajo. Fijaros que pedazo grieta, esto no se arregla ni con la cinta americana aquella con la que le cerraban el morro a un cocodrilo. Por cierto, ese anuncio me daba unas ideas muy interesantes sobre la aplicación del mismo tratamiento a mi suegra pero mejor no lo explico aquà con detalles que luego me llaman de todo.
Por la parte que da justo al mar es peor, se están cayendo unos bloques de piedra que como te caiga uno encima de un callo vas a tener el pie fino una buena temporada. Raro es no encontrar un pescador justo debajo del bloque, porque con la afición que hay aquà a pescar en los lugares más inverosÃmiles, pero siempre coincidentes en su peligrosidad, hubiera sido de lo mas normal ver a uno con sus cañas a la sombra del pedrusco.