Hay que ver cómo corre el tiempo, hace algo más de un año andaba un servidor paseando por Niza, disfrutando de la buena vida, del colorido del cielo, el agua y la ciudad entera.
También pasamos por Montecarlo para ver el conjunto de rectas y curvas que componen el circuito por el que se desarrolla año tras año la procesión de coches de Fórmula 1 que no adelantan ni al caballo del malo mientras los espectadores, incapaces de mantener los ojos abiertos ante tamaño somnÃfero, dormitamos la siesta en el sofá. De Montecarlo recuerdo el casino, los yates, la cantidad de edificios apiñados en un espacio mÃnimo y este mosaico de Victor Vasarely que representa el cielo, el mar y la tierra.
Luego Cannes, cómo no, con sus monumentos haciendo referencia a aspectos del cine como este proyector con una cinta blanca simulando pelÃcula enrollada alrededor.
Para mi gusto lo mejor (como no), los Alpes. Boquiabierto me quedé contemplando las montañas y las gargantas del rÃo Verdon.
Arles, con su anfiteatro romano, sus calles antiguas, su rÃo, sus referencias al toreo y a Van Gogh, que residió quince meses en la ciudad y pintó un buen lote de cuadros.
Lo que vimos… y lo que nos quedó por ver. Por esta zona tenemos que volver sà o sÃ.