Como ya habÃa dicho en otra entrada, hay que escoger con cuidado el dÃa para ir a Cabárceno porque como el sol levante un poco y caliente el ambiente… viva la siesta y adiós muy buenas a las fotos. ¿Un lince? De siesta, en lo alto de un montÃculo.
¿Un cobo de agua? De medio siesta sobre el prado.
¿Un cerdito? De siesta completa, le faltaba la mantita y el orinal para rematar la faena.
Y aquà un señor hipopótamo enano totalmente espatarrado y disfrutando del mejor de los sueños.
Lo que debÃa madrugar Félix RodrÃguez de la Fuente para sacar lo bichos tan espabilados como salÃan en sus documentales, porque con estos no hay manera…