Visto que la parienta querÃa ir un dÃa de recorrido por las tiendas del centro, un servidor se escaqueó como buenamente pudo para aprovechar y subir a lo más alto del Rio de la Pila con objeto de comprobar las vistas desde el mirador y la magnitud de la subida, que no debe ser poca cuando la calle comienza con unas escaleras mecánicas para salvar el desnivel.
Es empinada, pero bueno, volviendo a aquella vieja discusión cualquiera que haya subido desde Montero RÃos hasta el Castro en Vigo considera que esto no es cuesta ni es ná. Pero aquà debe ser considerado como lo más de lo más en cuestas porque además han puesto un funicular, y en el funicular una llamativa pintada: «Animo». Anda, que si hay que dar ánimos para subir ésto, mejor que ni se acerquen al Balcón de Pilatos porque les pueden dar los siete males visto que yo casi echo las tripas allÃ.
Subir con el funicular no tiene gracia asà que paciencia, escaleras, escaleras y más escaleras hasta llegar a la parte de arriba, desde donde divisar un trocito de la bahÃa entre edificios altos. La verdad, esperaba mejores vistas pero qué le vamos a hacer si los amantes de los espacios abiertos somos las principales vÃctimas del furor constructor ibérico.
¿Con qué me quedo? Ineludiblemente con un graffiti de ratas que se puede ver a media subida. Espectacular oiga, y pensar que todo esto no son más que unas rayas hechas con un spray negro…
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