¿Que si voy a hablar otra vez del Palacio de Festivales de Santander? Efectivamente, qué fina sagacidad la de nuestros queridos lectores. No sólo es feo por la parte trasera que da a la bahÃa, la entrada tampoco se queda atrás. El otro dÃa aparqué justo enfrente y madre mÃa, ya no recordaba lo horrible que es también esta vista. ¿Pero para qué gastar palabras cuando las imágenes hablan por sà solas?
Esos azules, esos rojos, esos cubitos, esas columnas que sólo falta Cleopatra saludando a la entrada…
Por dios, una reformita ya, antes de que a alguien le haga daño en los ojos. ¿Y al lado de esto van a meter la duna peatonal supermoderna?
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