Impresiones de Bayona

Como ya conté hace unos días, el fin de semana pasado nos piramos a conocer Bayona (la de Francia, no la de Galicia), que nos queda a dos horitas y media de Santander. No es muy grande y la cruzan dos ríos que se unen justo en medio del casco viejo.
Catedral y río
Así que tenemos casco viejo, ríos, donde hay ríos hay puentes y edificios antiguos a la orilla, que salían unas fotos como si estuviéramos frente a un lago suizo.
Edificios frente al río
Y barquitos, claro. Y fortalezas en lo alto. Muy majo todo, yo feliz como una perdiz sacando fotos a tutiplén.
Barco fondeado en Bayona
Viendo el panorama me faltó tiempo para echar a andar por el paseo a la orilla del río y seguir dándole al disparador una y otra vez. Edificios antiguos, puentes, bares y restaurantes con terraza frente al agua, muy buena pinta me iba teniendo todo aquello.
Terrazas frente al río
Mucha animación de tarde, por la mañana bastante menos aunque debían haberse ido a la playa porque teníamos más de veinticinco grados. Por la noche prácticamente desapareció el personal, y eso que era sábado. A las doce de la noche sólo se veían dos pelagatos caminando por las calles, uno de ellos con cámara y la otra con ganas de tirar al de la cámara al río.
Animación en las calles de Bayona
Bayona es conocida por sus maestros chocolateros, y menudas pastelerías hay. Madre mía, pasmado me quedaba ante los escaparates. Ni entro porque ya voy ligeramente pasado de peso así que el que evita la tentación evita el peligro.
Chocolatería en Bayona
Buenísima idea que tienen los señores bayoneses a su disposición: las Navettes (lanzaderas), estos miniautobuses de color naranja gratuitos. En la ciudad hay parkings disuasorios donde dejas el coche y luego te vas en la Navette hasta tu destino. En la práctica si vas de turistilla subes al bus y te pegas un recorrido gratis durante el cual vas viendo la ciudad a la vez que descansas los pies. Cuando llega al final de la ruta espera dos o tres minutos y reemprende la marcha en sentido contrario. Nosotros lo aprovechamos para darnos un garbeo hacia un lado, hacia el otro y la verdad, qué bien sienta cuando ya llevas unos cuántos kilómetros encima.
La Navette
Habiendo catedral ya se sabe que tocaba visitarla. Mucho más impresionante que la de Santander. Grande, con un montón de cuadros en las paredes, vidrieras, claustro, capillas, hala, venga, otro montón de fotos que no sé si a este ritmo llegaré a publicar.
Catedral de Bayona
La penúltima del día cuando nos retirábamos al hotel. La misma vista que en la primera foto sólo que más oscura y con unas curiosas farolas de color rosa ahí enfrente. Estos franceses son de lo más suyos, farolas rosa…
Nocturna de Bayona
Y la última, ya que estaba a la faena nocturna no podía pasarme sin sacar una de circulitos. Qué le vamos a hacer si me encantan.
Haciendo circulitos
Resumiendo: buen comer, unas cuántas cosas que ver, animadita, chocolate por todos lados, ciudad maja para pasar un día o dos. Si lo complementas con Anglet y Biarritz (a quince minutos en coche) es un plan perfecto para un fin de semana.

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