A poco que brille el sol es bastante entretenido, agradecido y gustosillo darse un saltito hasta Laredo y pasear un rato por la enorme playa que tienen en pleno pueblo. Una vez sobre la arena tienes unas vistas magnÃficas con tres puntos claros de interés. Uno es La Atalaya, ese monte que cierra la playa por un lado, al que ya subimos y desde el que hay unas vistas impresionantes.
Otro es el argayo, o desprendimiento, que sufrió en su ladera hace meses y del que aún se notan las huellas. Menuda suerte tuvo el de la casita blanca, aunque visto lo visto yo no las tendrÃa todas conmigo ni vivirÃa muy tranquilo en ella.
Por último, girando la vista un poco hacia el sur destaca el calificado hasta el momento como edificio más horroroso de Cantabria. Aquà poco importaron el impacto medioambiental o el impacto visual, lo único que queda es el impacto del susto en el alma y el del tortazo en el ojo que te da cada vez que lo ves. Pero quien darÃa permiso para hacer semejante adefesio…