Hay que ver qué cosas mas curiosas me pasan a veces. Aprovechando un mÃnimo resquicio en el temporal de frÃo y un agujerito en las nubes, me llevo los perros a pasear por la playa mas cercana a mi casa. Es una playa muy plana, cuando baja la marea podemos caminar muchos, pero muchos metros. Normalmente todo esto que se ve está cubierto de agua.
Al bajar la marea ya véis que se forman charcos que finalmente se secan. Uno de los perros se acercó a algo que de pronto empezó a patalear. Mas bien aletear, porque era un pescado con forma de lenguado, rodaballo pequeño o sabe dios qué. Sardina no era, eso seguro, y para dar fe de ello como siempre ponemos la foto del animalito. Esta es la parte de abajo, por arriba era más oscurito y de tamaño, algo asà como una cuarta y media de largo.
Mi perro, asombradÃsimo al ver una cosa plana en la arena pegando saltos. Yo, asombradÃsimo preguntándome qué hacÃa aquel bicho en medio de la arena, me imagino que se quedó atascado en una charca y al secarse ésta se vio perdido, boqueando sobre la arena. DebÃa tener buen aguante porque hacÃa un buen rato que la marea habÃa bajado y seguÃa vivo. Lo cogà con cuidadito, lo acerqué a la orilla y lo metà en el agua. En principio parecÃa no reaccionar, asà que lo empujé un poquito y espabiló, con un par de movimientos de cola se fue hacia el fondo y nadando se alejó. Mira tú qué bien. Ojalá nos volvamos a encontrar, yo en un restaurante y él en mi plato. Lo sé, soy un insensible, pero ¿qué culpa tengo de que estén tan buenos a la plancha?
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