Ganas tenÃa de acercarme a ver esta ermita. Las fotos que habÃa visto me habÃan dejado pasmado por lo atÃpico del lugar. Un domingo que pasamos por Suances me fui en su búsqueda pero… me perdÃ. Qué raro, ¿no? Hacia la ermita dirigà mis pasos pero empecé a dar vueltas por acantilados, playas, carreteras estrechas, no recuerdo ni por donde ni hasta donde llegué, pero como iba entretenido sacando fotos pasó el tiempo y cuando quise darme cuenta ya estaba lejos del punto donde se suponÃa estarÃa la ermita.
El domingo pasado estuvimos de ruta por la zona y ya que nos sobraba algo de tiempo enfilamos de nuevo a ver si la encontrábamos. La verdad, es bien fácil llegar. Te acercas al pueblo de Ubiarco, sales en dirección a Suances y un poquito después aparece el desvÃo a la playa de Santa Justa. Si sales de Suances, te vas en dirección a Tagle y todo seguido hasta llegar a este mismo desvÃo, que tras unas cuántas curvas te deja aquà mismo. Parquecito con farolas solares (a más de una ya le han robado algún panel), monte con ruina y pegada al mar… la ermita.
Al principio pensé que no se podrÃa llegar salvo marea baja, y aún asà con mucho cuidado porque fijaros en el campo de pedruscos que hay que atravesar. Un poquito más arriba hay un riachuelo que acaba en la playa, con las torrenciales lluvias de estos dÃas atrás debe haber arrastrado toda cuanta mierda habÃa en el cauce y lo ha depositado en la playa. Qué cantidad de restos de plásticos, maderas y otras porquerÃas variadas se veÃan.
Pensé que no se podrÃa llegar, pero me equivoqué. En ese riachuelo hay un puente, cruzas, subes un rato por un camino de tierra con un prado lleno de vacas a mano derecha y luego bajas hasta la mismÃsima ermita.
Aunque aquà el camino parezca estrecho, es lo suficientemente ancho para llegar sin ningún problema. Lo mejor, la extraña visión de una ermita embutida en la roca.
Aprovecharon una esquinita y hala, asà nos libramos de hacer dos paredes y la mitad del techo. FÃjate tú qué espabilados eran ya en el siglo XVI… caray, quinientos años lleva la ermita ahà plantada resistiendo al mar.
El interior estaba en la más completa oscuridad, pero llevando la cámara no es algo que me preocupe lo mas mÃnimo. Seleccionas 18mm en el objetivo para abarcar lo más posible. Como la cámara no va a ser capaz de enfocar en la oscuridad, enfoco a cualquier punto situado a unos cinco metros de mi y selecciono enfoque manual en el objetivo para que la cámara no intente enfocar ella solita otra vez. Saco el flash, meto la cámara por la reja de la puerta y hala, toma fotos a tutiplén que luego ya veré con tranquilidad lo que habÃa en el interior. Fijaros, totalmente como si estuviera encendida la luz. A la izquierda unos soportales de madera, un balconcillo y un altar allà al fondo.
El balconcito de la parte superior y parte del techo que parece también hecho de madera.
A la derecha la mesa del señor cura, el púlpito y unos cuántos bancos para los fieles, tapados supongo que para evitar que se manchen con la tierra que desprenden las paredes. El aspecto es como de una cueva. Entre la oscuridad y la cercanÃa al mar, no me quiero ni imaginar la sensación de humedad que hará en el interior.
Desde la puerta de la ermita se ve a lo lejos la playa y el parque de la primera foto. No estaba malo el dÃa para hacer fotos, cielo oscuro amenazando tormenta, mar turquesa, olas blancas, arena marrón, hierba verde, otra cosa no sé, pero colores menuda jartá tenÃamos.
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