Desde que dije que andaba por aquà en camiseta, madre mÃa, no para de llover y hacer frÃo. Ha llegado la nieve y desde el paseo de Pereda se pueden ver las montañas de Soba completamiente cubiertas de blanco. De ayer mismo es la foto y para un ratito que asomó el sol quedó una tarde bastante potable en la que contemplar un paisaje precioso entre el blanco de las montañas con ese tonillo dorado por la luz del atardecer, el mar y los barquitos yéndose a pescar. Eso si, una rasca notable que los mocos se congelaban como carámbanos verdes nada más asomar al exterior.