Sigue en medio de la bahÃa, igual de roto y ya no se habla de reconstruirlo ni reponer ese arco que se derrumbó en 2005. Décimo aniversario del temporal que dejó al islote sin su curva de piedra y se me hace raro no haber escuchado en la campaña electoral promesas de reposición, o propuestas de construcción de un smart-arco (ahora todo tiene que ser smart-algo) ecológico y sostenible. Claro que costando lo que costaba reponerlo (300.000 euros) normal que no digan nada, no está el horno para bollos.