Yendo de Santander a Torrelavega (o viceversa) por la autovÃa A-8, a medio camino se puede ver una torre defensiva en lo alto de una colina.
Es la Torre de Gornazo. Cienes y cienes de veces me habÃa dicho que tenÃa que parar a verla pero como las cienes de veces ibamos camino de algún lado no nos parábamos y eso que torre, arbolitos y demás siempre son presagio de unas cuántas fotos interesantes.
Creo que fue en semana santa cuando por fin nos decidimos a subir esa carretera que se ve en la primera foto… para no llegar a ningún lado. Resulta que a la torre no se va por aquÃ. Hay que ir hasta una carretera nacional paralela a la autovÃa, luego coger un desvÃo sin señalizar y bastante empinado, un kilómetro de recorrido y apareces por fin al pie del torreón.
Por la parte delantera se ve bien, completita, erguida y señorial. Pero en cuanto te das la vuelta, ay amigo, cómo cambian las cosas. Menudas polillas debe haber por aquà que se la están comiendo entera.
Además parece como si la hubieran renovado interiormente a base de cemento y bloques de hormigón. No sé si es que todavÃa están a medio renovar o se les ha caido parte de esa pared exterior hecho a base de piedras redondas.
Este es el otro lado que falta, igual que el anterior. Un roto de menores dimensiones pero se ve lo mismo, la renovación a base de cemento y bloques y la ausencia del recubrimiento exterior.
Desde donde estábamos habÃa buenas vistas pero una neblina difuminadora las hacÃa escasamente atractivas fotográficamente hablando. Lo más interesante era el campo de fútbol allà al lado, donde unas empleadas del club se afanaban en cortar la hierba. Cobran poco, trabajan horas y horas y además abonan gratis, asà cualquiera mantiene un terreno.