Si vas a tomarte una caña y unas rabas a un bar y te encuentras una vela como esta alumbrando sobre la mesa, da mal rollo, palabrita que sÃ. Prefiero una vela de las más baratas de Ikea o de los chinos que no una vela de las del cementerio, no sabes si alumbra en memoria de las rabas o por sabe dios qué oscuro motivo.
Eso si, el hambre no me la quitó. Del platazo de rabas que nos pusieron delante, en cinco minutos quedaba tan sólo el recuerdo.