Mucho se ha comentado sobre los efectos de los temporales en la costa de Cantabria y la de arena que se ha llevado el oleaje. Ayer sábado me acerqué a dar una vuelta por Mataleñas y pude ver en primera persona cómo ha quedado una de las playas urbanas de Santander. Esta es Molinucos el verano pasado.
Y asà estaba ayer. A veces sobran las palabras ¿no?
A ver si el viento trae un poquito de toda la arena que están reponiendo en el Sardinero y queda algo mejor, porque en ese pedregal dudo que nadie quiera plantar una toalla ni tumbarse al sol.