Y ya que mencioné de refilón la estatua del Quijote en el Sardinero, vamos a por ella aprovechando que lo tenÃa en la lista de borradores pendientes de escribir.
La primera vez que lo vi, lo primero que me vino a la cabeza fue que le habÃan dedicado una escultura (o estatua) al mosquito veraniego, por el pedazo aguijón que gastaba el elemento. Esto es posible porque uno es un iletrado semi-incapaz mental y en vez de analizar el concepto, el desarrollo y los precedentes, digo lo que sale del primer arranque de la neurona y asà pasa lo que pasa. Debe ser por eso que con el Pictionary nunca tuve el mas mÃnimo éxito.
¿Qué hacer en ese caso? Se va uno a la plaquita explicativa, se la lee y con asombro descubre que esto es un monumento al Quijote… como decÃa Macario, el de José Luis Moreno, aaaaaa-aaaaaahhhhhh.
Para un mayor saber, que no ocupa lugar, el autor es el artista mejicano Leonardo Nierman. La estatua fue donada a la ciudad de Santander por la Fundación Cervantina de México y existe otra igual en el Museo Iconográfico del Quijote en Guanajuato.
No recordaba yo que el Quijote tuviera alitas… habrá que volver a coger el libro a ver si esta vez paso de la página cinco.
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