Ya he comentado unas cuántas veces que en La Cavada estaba la Real Fábrica de ArtillerÃa dedicada a la elaboración de cañones. Lo que no sabÃa es que hay un museo dedicado al tema. Esas son las cosas de no haber callejeado debidamente, aunque sirva en mi descargo que el museo está algo escondido con respecto a la carretera nacional que cruza el pueblo. Por supuesto, de visita me fui. El museo está situado en las antiguas escuelas. Menos mal que antiguas, porque mezclar niños tal y como salen ahora con cañones me parece una mala combinación.
El jardÃn exterior está lleno de cañones, balas de cañón y otros aperos cañonÃsticos varios. Suerte tienen de pesar lo que pesan, porque si fueran más ligeros me imagino que ya se habrÃan pasado por aquà los «amigos del metal» para hacer una requisa por orden del chatarrero jefe. Y si fueran de cobre habrÃan durado un suspiro al aire libre.
¿Qué cómo sé que pesan mucho? Porque cada uno tiene su cartelito correspondiente en el que se indica el calibre, peso, caracterÃsticas e historia del artefacto.
A la entrada otro cañón enorme. Espero que esté amarrado a la pared, sino mejor será permanecer lo más alejado posible no me vaya a caer sobre un callo del pie. Un escudo de piedra y en el suelo unas cuantas municiones. No debe pasar mucho abuelete por aquÃ, que en cuanto ven unas cuántas bolas de similar tamaño enseguida las cogen para jugar a la petanca.
ImportantÃsimo: la placa conmemorativa de la inauguración. Si a los polÃticos le prohibieran inaugurar cosas y dejar placas con su nombre, en este paÃs no se inaugurarÃa ni la cuarta parte de lo que se hace ahora.
Pasamos al interior previo pago de tres euritos que aquà ya nadie da gratis ni la hora. Exposición interesante aunque estática, no varÃa con el tiempo lo que no anima a una segunda visita porque se verá lo mismo. Mucha madera, máquinas, maquetas y en primer plano una reproducción de cómo era la fábrica de cañones en su dÃa.
Asà era la fábrica, ocupaba un montón de superficie, tenÃa varios edificios, el rÃo canalizado, etc. Hoy sólo quedan recuerdos, alguna edificación reutilizada y poco más.
En la urna se puede ver la maqueta de una de las máquinas empleadas en hacer las ánimas de los cañones. El agujero donde iba la bala, vamos. Hay otra reproducción de esa máquina más grandota que saldrá en la segunda entrada sobre el museo.
Atravesamos una puerta y llegamos a otro ala del edificio en el que se pueden ver colgados de la pared grabados con escenas de batallas navales donde participaron cañones fabricados aquÃ. Enfrente creo recordar que eran listas de personal que trabajaba en la fábrica y al fondo una pantalla con un DVD explicando la teorÃa de las batallas náuticas de la época.
Paneles explicativos en la pared sobre fortalezas donde se instalaron cañones construidos en La Cavada, esquemas de barcos armados con cañones construidos en el mismo lugar, la reproducción de un uniforme de la época y en el suelo un extintor, supongo que utilizado para apagar los fuegos originados por los cañones fabricados en La Cavada.