Suances tiene un par de playas que dan al interior de la rÃa (ya salieron en ésta entrada) y otra orientada al norte, directamente hacia el Cantábrico. Esta playa acaba por el oeste en un acantilado completamente urbanizado y con sus escaleritas para bajar a la arena.
Pegado al visor de la cámara me hallaba cuando distingo en lo alto algo con forma de castillo. Almenas, torreones, coño, aquà alguien se ha hecho un castillo, ésto hay que verlo. Allá vamos y lo que aparece no es una casa particular sino un hotel perfectamente ambientado exteriormente, concretamente se llama «El castillo de Suances». Dentro no sé si habrá caballerizas, foso, patio y mazmorras, aunque con tanta normativa urbanÃstico-burocrática lo dudo mucho.
Por la parte de atrás tenÃa una terracita con una pinta impresionante, aquel dÃa no me paré pero no pasará mucho tiempo hasta que les haga la visita de rigor, que todos esos lugares evocadores de martinis y pinchitos al mediodÃa merecen ser visitados, honrados. loados y su gloria proclamada a los cuatro vientos.