Muy olvidado tengo el asunto de las visitas a cementerios, asà que vamos a darle un arreón con la segunda parte de la visita al de Ciriego que el tema se lo merece. Quien quiera ver la primera parte, aquà la tiene.
Yendo a mano izquierda según se entra está el cementerio civil, el lugar donde suelen descansar para la eternidad aquellos que profesaban una confesión diferente a la católica. Destaca una gran explanada con césped en la cual se distribuyen tumbas y monumentos (una de ellas es la de Pio Muriedas, que ya salió por aquÃ). Primera sorpresa del dÃa: la tumba de Augusto González de Linares.
No tendrÃa mayor relevancia salvo porque hacÃa cinco minutos habÃa visto la tumba de Augusto González de Linares en el Panteón de Cántabros Ilustres. Espero por el bien del pobre hombre que no hayan tenido la genial idea de enterrar medio en un lado y medio en el otro, que tras años de ver barbaridades uno ya se cree cualquier cosa.
A continuación viene una zona llena de monumentos. Esta parte del cementerio civil está llena de losas, placas, inscripciones y otras conmemoraciones.
Este por ejemplo es el «Monumento a los héroes de la República y la Libertad». Hay varias piedras similares a ésta con una placa negra en la que figuran escritos un montón de nombres, supongo que gente que murió por sus ideas en la guerra civil o en la represión durante el mandato del tÃo Paco.
Otro monumento más en la esquina opuesta, con forma de dolmen y dedicado a los muertos por la libertad.
Dolmen, cadenas, dedicatoria, flores, piedra con placa en la parte trasera, supongo que será dedicado a los mismos de antes.
Y un clavel colgando de las cadenas, que no sé si querrá decir algo especial o simplemente está como adorno. Fijaros cómo se sostiene la cadena: agarrada por unas manos que salen de la piedra.
Mención especial para esta otra tumba, la de «Pin el Cariñoso» y su cuadrilla. Fue un famoso guerrillero de la zona de Liérganes que anduvo escapado tras la guerra civil. Nunca lo habÃan fotografiado, no sabÃan qué aspecto tenÃa y para más se solÃa disfrazar, asà que mientras policÃa y guardia civil lo buscaba por todos lados, él vivÃa en pleno Santander.
Fue delatado por un compañero y lo mataron en el asalto a un piso de la calle Santa LucÃa, es decir, el centro de Santander. Seguro que hasta se habrÃa dado unos buenos garbeos por el mismÃsimo Paseo de Pereda.
Tras él cayó el resto de su cuadrilla y aquà los enterraron anónimamente. Si alguien está interesado en la historia completa, que bien interesante es, la puede leer a partir de la página 328 de éste libro.
No todas las tumbas del cementerio civil están igual de bien conservadas, limpitas y lustrosas. Alguna está en un estado más bien lamentable, incluso ¡con árboles saliendo del interior!
Girando más adelante a la derecha aparece un grupo de tumbas en las que me detuve un rato. Todos los nombres estaban en alemán, todos los nombres venian acompañados de un cargo militar (Obergefreiter, Feldwebel, Unteroffizier y esas cosas). Me imagino que serán soldados alemanes muertos en la guerra civil aunque curiosamente en las lápidas pone la fecha de nacimiento pero no la fecha del fallecimiento.
Que eran soldados alemanes también lo tenÃa fácil viendo la inscripción del grupo de tumbas. En lo más alto la cruz alemana, debajo un cóndor que supongo serÃa el emblema de la Legión Cóndor y un «Aquà descansan soldados alemanes» que pude entender perfectamente gracias a mis breves estudios de alemán para torpes.
Anda que no hay miga ni ná en el cementerio éste. Como para una o dos entraditas más, seguro.
4 comentarios Escribir un comentario