Si la semana pasada visitaba el Centro de Interpretación de la Muralla, situado bajo la Plaza Porticada, esta semana pasé por el refugio antiaéreo de la Plaza del PrÃncipe a ver qué tal estaba aquello. Si soy sincero, iba pensando que iba a ser una chorrada pero justo es reconocer que me equivoqué, les quedó bastante digno. Además la arqueóloga responsable de la visita y de explicarnos cómo es, porqué se hizo y todo eso hace muy amena la visita.
Visto desde arriba, el refugio serÃan tres cilindros paralelos de hormigón interconectados entre sà de manera laberÃntica, hecho adrede para reducir la onda expansiva en caso de ser alcanzado por una bomba. La iluminación es escasa para mantener el ambiente de la época y la decoración es… digamos, espartana.
Un cartel antiguo en la entrada con las normas en vigor en los refugios, alguna silla, unas pantallas donde ver un video explicativo y tres vitrinas. En una de ellas habrá una bomba de 250 kilos como las que largaban sobre Santander, aunque todavÃa no les habÃa llegado y tocará repetir visita para echarle una ojeada.
En otra vitrina un maniquà con un traje completo como los que llevaban los aviadores alemanes. Todo en cuero de verdad, menuda diferencia con las vestimentas de los pilotos actuales.
En la tercera vitrina… coño, cómo me suena esto… si este pedrusco lo he visto yo en el cementerio de Ciriego… mira por donde me he ido a enterar que no era parte de una tumba, sino un cenotafio o lo que es lo mismo, una tumba vacÃa en honor a los dos aviadores muertos.
De toda la visita lo más impresionante es un momento en que simulan la caida de una bomba. Se escucha el ruido a través de un altavoz enorme que como poco debe ser superhipermegabass, porque con los graves a toda pastilla hasta te tiembla el pantalón. Lo dicho, mucho más interesante de lo que me esperaba. El que lo quiera visitar ya sabe lo que tiene que hacer, pasarse por la oficina de turismo de los Jardines de Pereda o llamar al 942-203000 / 942-203001 y escoger qué dÃa quieren verlo.