De vuelta del hayedo del Saja se me coló por el rabillo del ojo una estatua situada en un apartadero de la carretera. Freno, vuelta, aparco al lado y la parienta preguntándose por enésima vez qué cosa rara habrÃa visto, porque al final cada vez que hago una maniobra asà es porque hay carnaza para el blog en las inmediaciones.
Pedazo estatua y pedazo escopeta gasta el paisano. ¿Quien serÃa este hombre?
Mira qué pone en el pie, mira qué pone en el pie… si hombre, mira una puñeta, fijaros cómo estaban las letras. Asà no hay quien se entere de nada.
¡Ups! Un monolito al fondo. Vamos a echar una ojeada.
Pepe el de Fresneda, guarda mayor de la reserva del Saja. Ya sabemos quien es, una vez en casa me enteraré de su vida, obra y milagros. Si, podÃa saberlo allà mismo sólo con sacar el móvil, pero lo tengo en el bolsillo, tengo que desbloquearlo, entrar en el navegador, buscar en Google… ufff, mú cansao, mejor en casa…
Madre mÃa todo lo que aprendÃ. En España hace unos años estaba Félix RodrÃguez de la Fuente cuidado los lobos e intentando que no se los viera como alimañas. Mientras tanto, Pepe el de Fresneda estaba ocupado pegándoles tiros hasta cobrarse ciento veintitrés en su carrera, en una época en que incluso daban una recompensa por cada lobo muerto. Eran otras épocas, era otra forma de ver la ecologÃa y, sobre todo, era un escopetón que siendo lobo mejor no ponerse delante porque aún en bronce impone lo suyo. Falleció en 1995, si queréis leer una entrevista con él echad una ojeada aquÃ.
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