En otra de esas excursiones al este en que estiramos el dÃa y nos salimos de Cantabria pudimos conocer una playa cercana a Bilbao, la de Plentzia. ¿Qué decir? Que como playa… es una playa, con las cosas tÃpicas de las playas, arena, mar, gente paseando…
Su paseito marÃtimo y, como es habitual en el norte, dÃa de sol es dÃa de salir a estirar las piernas todo el mundo. Aquà en realidad sólo se ve un trocito del paseo porque unos dÃas antes un temporal de viento habÃa enviado gran parte de la arena a la zona destinada a gastar suela. Si os fijáis al fondo, al lado del edificio de color blanco sobresale un pequeño muro de color gris que es el que habitualmente delimita ambas partes.
Aquà se aprecia mejor que a poco que la dejes, la arena enseguida se apodera del resto. No me imagino lo ingrata que debe ser la vida del encargado de barrer a diario las esquinas del Sahara.
Es más, incluso los contenedores de la basura habÃan quedado sepultados y sólo destacaba la tapa verde.
Usar, se podÃan seguir usando, pero a ver quien es el guapo capaz de vaciarlos… bueno, si el encargado de recogerlos es de Bilbao, pega un soplido como el del lobo feroz y deja limpito un metro a la redonda del contenedor.