Por las marismas de Joyel (II)

Retomamos las andanzas por las Marismas del Joyel en el punto donde lo habíamos dejado, llegando al molino de mareas de Santa Olaja que no lo sabía, pero está declarado como BIC (Bien de Interés Cultural). Gracias a lo que vi aquí más lo aprendido en el Centro de Interpretación del Litoral de La Maruca por fin entiendo cómo funcionan los molinos de mareas. El asunto se basa en que esa pasarela que se ve, no sólo es pasarela sino que además ejerce como presa que a su vez es depósito del agua que una vez liberada servirá para mover las ruedas de piedra usadas para moler el trigo.
Muro del depósito de agua
En la parte trasera del molino se distinguen una serie de salientes.
Entrada del agua
Cada saliente es una entrada de agua, con su rejilla correspondiente para que no se cuelen bichos, ramas ni piedras, que luego todo acaba en la harina y aparecen cosas raras en el pan. Es público y notorio que la aparición de algún elemento viscoso, sangriento o pegajoso en medio de un barra de pan no suele hacer mucha gracia por mucho que sea pura proteina y alimente igual o mejor.
Rejilla en la entrada
Esas entradas de agua tienen sus salidas correspondientes en una serie de arcos por la parte delantera del molino.
Salida de agua
Y bajo esos arcos se puede ver el saetillo y el rodete, lo primero es una tubería por la cual sale el agua embalsada en el depósito y el rodete es la rueda con aspas que se mueve al recibir el chorro de agua procedente del saetillo.
El origen del movimiento del molino
El rodete está conectado a un eje y en la parte superior, ya dentro del molino, una piedra giratoria similar a ésta se encarga de hacer polvillo el trigo, el maiz o lo que le echen, porque pesando setecientos kilos casi mejor no meter un dedo mientras está dando vueltas (léase el comentario anterior sobre elementos viscosos, sangrientos o pegajosos).
Piedra de molino
Con gusto hubiera visto el interior y el funcionamiento, pero ya se sabe como son mis excursiones, aquí llegamos de refilón, sin saber que existía, sin haber preguntado y evidentemente sin haber llamado para tener un guía y ver la molienda al completo. Claro que a falta de pan buenas son tortas y siempre puede recurrir uno a verlo en un video del Diario Montañés.
Cartel con horario
En ese video aparece una imagen supongo que de Santa Olaja, que por algo da nombre al molino, recién pintada y con una barra de pan en la mano. A finales de octubre (que fue cuando pasé yo) estaba francamente perjudicada, con la pintura deslucida y ni barra de pan ni ná. Esto de la intemperie es lo que tiene, que todo lo echa a perder. Bien le vendría un cristalito protector o se van a pasar la vida restaurándola.
Santa Olaja

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