Vamos a hacer una última pasadilla por los nuevos jardines de Pereda con los últimos detallitos que me habÃan quedado pendientes de comentar. Reaparece al completo el «Monumento a la reconstrucción» de Santander, con sus estatuas en la hierba alrededor de la parte principal, eso de blanco. Un rato después le saqué a la parienta unas fotos con el brazo sobre el hombro de una de las estatuas, menos mal que no la torció ni la ensució o ya podÃa ir preparando el bolsillo…
Donde menos te lo esperas aparece algún detalle curioso, como la palabra «Cultura» en azul. MagnÃfica para que los niños trepen, suban, salten o se sienten, como pude apreciar in-situ.
Hay más palabras, «creatividad» en color rojo o «arte» en la base de un panel informativo con la programación veraniega del Centro BotÃn.
También hay letras sueltas, como esta C roja, indicadora de Creatividad. Ahora fijaros en ese contenedor del centro de la plaza.
En el lateral tenÃa rotulado «Centro BotÃn Experience», que digo yo porqué no lo escribirán en castellano si el 99% del personal que pasaba por allà es lo que habla. Un creativo dirá que en inglés es más cool, más fashion y más trendy. «Si, y una mierda» le responderÃa muy gustoso.
Dentro creo que hacÃan una demostración de cómo será el Centro BotÃn pero ni me acerqué. Un contenedor estrecho al sol de julio no es el mejor lugar para meterse, hasta el currante que hacÃa las demostraciones opinaba lo mismo porque en los ratos ociosos fijaros cómo escapaba del calorrón.
También ha vuelto el famoso tiovivo de época qué tanto entretiene a los niños. Algo que antes no estaba y ahora sà es una serie de palitroques grandotes pintados de azul y unidos por unas cuerdas en plan puente tibetano. Hay que ver cómo se lo pasan los niños haciendo equilibrios en él.
Estos piedros en el suelo según parece formaban parte de la «Rampa del Martillo», un espigón del puerto cuándo éste ocupaba lo que ahora es el Paseo de Pereda. El relleno de la dársena lo hizo desaparecer para siempre y parte reapareció ahora con la reforma de los jardines. Tampoco es que tres piedras cuadradas ahà en el medio digan mucho, pero bueno, llenan hueco por poca pasta.
La fuente dedicada a Concha Espina, famosa escritora santanderina. Lugar ideal para que los niños corran, salten, se suban y beban, como también pude comprobar in-situ.
Aquà tenemos la antigua gasolinera. Ha mejorado un montón, han cambiado la Super de 95 por el Martini o la cocacola porque la han reconvertido en cafeterÃa con terraza y voladizo para guarecerse de chaparrones traicioneros.
Por último una que andaba por allà vendiéndole globos a los niños. El disfraz ideal para trabajar a finales de julio, si tengo que meterme ahà dentro no tardarÃa ni media hora en pegarme un chapuzón en el estanque, esté o no esté vallado.