Allá donde vea reflejos, allá me voy con mi camarita que siempre se puede conseguir alguna foto bastante apañada. Esa charca-acequia-estanque situada frente a la catedral va pidiendo experimentos fotográficos, a ser posible distintos de lo que ve todo el mundo.
Y es verdad, se consiguen fotos majas sin esforzarse lo más mÃnimo (otro requisito imprescindible para que me acerque con la cámara, que si es muy cansado mejor dejarlo para otro año).
Tanto en colores como en blanco y negro, ese ver la catedral al revés, esas ondas, nada que te pongas salen cosas bastante resultonas.
Asà que ya sabéis: fuentes, charcas, estanques, todo vale. No saldrán cosas como las que se pueden conseguir en el afamado «Miroir de l’eau» de Burdeos pero tampoco desmerecen mucho.