Para la parienta, claro. La semana pasada, IV Muestra de jóvenes diseñadores. Para ella la fama y la gloria porque era parte del jurado, para mi el pringue porque como soy clase baja me toca currar y callar so pena de llevar una colleja entre oreja y oreja. Cualquier dÃa me leo «El Capital» de Karl Marx y monto una revolución en casa…
A nivel de evento nos dejaron usar flash, que no es poco. Por lo menos las caras de las modelos no están llenas de sombras, la iluminación no te ponÃa de los nervios y un buen comienzo es augurio de un buen final. Un primer pase de artÃculos de baño, más convencionales (entre comillas):
O más llamativos por sus formas. Esto debe ser pensado para llevar a bordo de un barco pirata, de ahà el bulto en el hombro derecho para evitar que pierdas el loro.
Luego sección vestidos. Cada modelo daba tres pasadas asà que en la primera te hinchabas a sacarla de frente y de espaldas, la segunda pasada ibas a por los detalles y la tercera procuraba encuadrar con gente, público, jurado, presentador o algún detallito que me hubiera quedado antes. Por ejemplo, la cola del vestido:
O la curiosÃsima forma de este vestido verde por fuera y blanco por dentro lleno de pliegues y dobleces.
HabÃa de todo, desde diseños más o menos ponibles hasta otros que seguramente no se vean nunca en la calle. Y si se ven, madre mÃa qué mal lo debe pasar la usuaria porque éstos tienen pinta de todo menos cómodos.
O éste. Si hubiera un premio a lo más espectacular se lo habrÃa llevado de calle. Cuando lo vi lo primero que me vino a la cabeza fue «¡Virgen santa, qué es eso…!» (léase con voz de susto). Creà oÃr que era un vestido de novia pero a esas alturas de la vida ya no daba crédito a mis oÃdos. Al final del desfile nos acercamos, charlamos un rato con el diseñador y escuchando la historia del vestido puedes ver el verdadero valor que tiene y los méritos de su autor.
Finalmente llegó la sección tocados, accesorios y complementos. Tocado negro con fondo negro, pensé que no se iba a ver nada pero si pincháis en la foto parece que sÃ, se ve y hasta se distingue.
Total, que no le veo mucho arte al asunto de sacar fotos en estos desfiles. Primero preguntar cómo van a desfilar, por donde sálen y dónde dan la vuelta. Te buscas un sitio cómodo cuidando que el fondo sea más o menos decente, nada de cables, focos, puertas y demás, y a partir de ahà es como cazar patos con ametralladora. Tú disparas como un descosido, en el convencimiento de que por volumen de tiros alguno le cae al pato seguro. Aquà es lo mismo, foto, foto, foto, malo será que recortando y retocando no quede alguna medianamente visible.