Ayer domingo me tocó asistir de consorte a un evento en los salones del restaurante Deluz. Mientras la parienta veÃa lo que le interesaba, yo a lo mÃo que es darle al champán y al picoteo. El evento consistÃa en un salón enorme con forma de «L» donde exponÃan sus materiales varias firmas de moda, belleza, complementos y demás. HabÃa un grupo de música en directo y a media tarde un show-cooking, que viene siendo una demostración de cocina. Apareció una chica con los elementos necesarios para hacer sushi y en vivo fue llenando unas bandejas mientras los demás veÃamos, preguntábamos y probábamos.
Estos fueron los primeros en salir. Un arroz especial, lavado y relavado, al que le añaden no sé qué vino japonés y otros condimentos. Se le añade una tira de aguacate, langostino, salmón, pepino u otros complementos para luego enrollarlo en una hoja de alga. Se corta en trozos de un dedo de ancho que los catadores mojamos en la salsa oscura y al coleto. SorprendidÃsimo me quedé, porque nunca lo habÃa probado y me pareció delicioso. En cuanto se deshace en la boca empiezan a aparecer sabores variados y distintos de aquellos a los que estoy habituado. Esto hay que repetirlo porque la cosa promete.
Otra de las exposiciones eran elementos comestibles y mayormente dulces pensados para fiestas u otras celebraciones: donuts caseros, lacitos o los tan de moda macarons y cupcakes.
Incluso tenÃan limonada de color rosa, creo que le habÃan añadido zumo de sandÃa para cambiar el habitual amarillo.
Durante el evento, cada media hora aproximadamente le pasaban un micrófono a la persona que estaba en un puesto para que pudiera presentar tanto la empresa como lo que estaba exponiendo. A partir de ahà los puestos con elementos comestibles permitÃan comer o llevarse lo que tenÃan en exposición. Según le oà a la chica de este puesto, en cuanto se abrió la veda casi se la llevan por delante, tal era el afán del populacho por hincharle el diente a estas maravillas.